por Fernando Marturet
GrICSo: Grupo de Investigacion sobre Conflictos Sociales
Blog del Grupo de Investigacion sobre Conflictos Sociales (GrICSo) de la Universidad Nacional del Nordeste
Navidad en La Palmira, un ejercicio de memoria a 60 años de la tragedia
por Fernando Marturet
Sobrevivir para trabajar o trabajar para morir
por Adriana Carmona, Marcelo Graciosi y Maximiliano Román
El pasado 28 de noviembre se conoció la noticia de la
muerte de dos maestras y un profesor cuando la embarcación que los trasladaba se
hundió en el río Paraguay. Los tres docentes regresaban a Puerto Pilcomayo
después de dar clases en la Escuela N° 171 de la Isla Buey Muerto. En la
provincia de Formosa. Este caso, el último en una serie de muertes de docentes
que iban o venían de sus lugares de trabajo. El dilema de vivir para trabajar o
trabajar para vivir en este sistema económico ha llegado al extremo de
convertirse en sobrevivir para trabajar. Hasta cuando seguiremos naturalizando
la muerte de trabajadores por falta de condiciones dignas. Las siguientes
líneas invitan a la reflexión, a tratar de entender lo que está pasando, desde
una perspectiva critica social y a modo de expiación de culpa por ser parte de
una sociedad que no hace nada ante el avasallamiento de nuestros derechos.
El hecho social
A colación de este trágico suceso, no podemos dejar de
mencionar el femicidio de la bibliotecaria Erica Torres, quien se encontraba
“haciendo dedo” el viernes 24 de mayo de este año, para concurrir a su lugar de
trabajo la Escuela N°266 de la localidad de Charata. O la muerte de
Carmen Soria en marzo de 2024, quien durante la siesta se dirigía de regreso a
su hogar luego de una jornada de trabajo con 50 grados de sensación térmica en la
escuela especial de Estanislao del Campo, donde a la vera de la ruta 81perdió
el control de su motocicleta y falleció producto de un golpe de calor. Tampoco
podemos dejar de mencionar el testimonio de una trabajadora de la E.N.S Nº 19
de la localidad de Corzuela quien el martes 21 de mayo del corriente hizo dedo
para concurrir a su lugar de trabajo y sufrió un intento de abuso. ¿En qué
medida podemos decir que estas muertes y abusos sexuales dejan de ser
accidentes o hechos aislados y configuran hechos sociales?
Bajo la perspectiva de Emile Durkheim los hechos
sociales “consisten en modos de actuar, pensar y sentir exteriores al
individuo, y están dotados de un poder de coerción que se imponen sobre el”
(Durkheim, p.40-41). En nuestro caso, vemos que viajar en lancha o viajar a
dedo configuran hechos que se imponen a las docentes. Es una realidad exterior
que a la vez las constituye como sujetos. Viajar a dedo es, de este modo, un
hecho social, de la misma manera que es un hecho social morir o ser abusado en
dicha actividad. La denominada evidencia empírica y el conteo de los casos
permitiría incluso precisar el riesgo.
Por otra parte, la naturalización de este fenómeno que
se puede apreciar en expresiones como “si sos docente ya sabes que tenes que
hacer dedo”; indica que la coacción no es solo sobre un modo de obrar, sino
también sobre la forma de pensar y sentir.
En consonancia con lo dicho, este miércoles 27 de
noviembre de 2024 un portal de noticias de la ciudad de Resistencia provincia
del Chaco recoge testimonios de docentes que hacen dedo todos los días para ir
a trabajar con el titular de “vocación pura”. Nuevamente, desde la óptica de
Durkheim, la vocación no deja de ser un hecho social. El compromiso, el apego,
el llamado a la tarea docente es también una imposición exterior al individuo,
aunque no sea percibida como tal.
¿Pero se trata realmente de vocación?
Si nos planteamos una aproximación desde materialismo
histórico a la realidad de muchos docentes que viajan todos los días a dedo
recorriendo más de 100 kilómetros (dedicando más tiempo a viajar que enseñar);
la “vocación pura” se nos evapora y nos encontrarnos lisa y llanamente con las
condiciones denigrantes de trabajo de la capa más pauperizada de trabajadoras
de la educación. Estas condiciones de trabajo se ligan con la explotación en la
medida en que se extrae fuerza de trabajo por un salario ínfimo y a la vez la
tarea supone un alto grado de vulnerabilidad.
Sin embargo, el hecho de que este año, 5 trabajadores
de la educación no sobrevivieron a su día de trabajo implica algo más. La
explotación del trabajo de las docentes que residen en localidades distantes de
las urbes donde consiguen empleo expone a un doble riesgo ligado al cuerpo de
las mujeres, la virtualidad del abuso o la muerte indican un cruce, una
“interseccionalidad” entre la violencia de la explotación del trabajo con la
violencia de genero.
Normalización de las muertes excepcionales
Hace unos años atrás Damian Navarro, docente e
investigador de la UNNE realiza una investigación explicando el tratamiento
social de las muertes. Este autor explica como hay muertes “normales” y muertes
excepcionales. Las muertes normales ocurren por edad avanzada o enfermedad
incurable y otras similares; por supuesto que generan tristeza, pero no
producen conflictos. Las muertes excepcionales en cambio “movilizan a la
población, el carácter de evitable produce en el conjunto de la población una
reacción que requieren una canalización, y a veces toma la forma de reclamos.
Es como si provocaran una especie de exceso, que la población no puede
soportar, y que es necesario sea colonizado” (Navarro. 2021). Existen, sin
embargo, una serie de casos que reúnen varias de las propiedades para ser
considerados excepcionales, y que, a pesar de ello, no producen reclamos o
conflictos significativos en la sociedad, explica Navarro (2021 p.195) “en
ellos se observa un proceso de invisibilización o normalización de las
muertes, que presentan características excepcionales, esto es, que se han
dado de manera tal que escapan a la naturalidad de los procesos biológicos. Sin
embargo, han sido incorporadas a la dinámica social sin producir modificaciones
significativas, han sido normalizadas.”
Normalizar las muertes de trabajadoras de la educación
invisibiliza las condiciones de explotación en las cuales estas muertes se
producen:
- Falta de medios de trasporte adecuados
- Falta de salarios que permitan el acceso a un trasporte adecuado
- Falta de condiciones laborales adecuadas
Siguiendo con la tesis de Navarro “esta situación
está posibilitada por las condiciones estructurales de las provincias en donde
acontecieron, provincias pobres, escasamente industrializadas y donde el
principal dinamizador de la economía es el empleo público” (2021, p.196), y
fundamentalmente donde las trabajadoras de la educación se convierten
mercancías fácilmente remplazables.
Finalmente, este autor señala que la presencia o
ausencia de organizaciones sociales podría ser un factor que contribuya a la
normalización de las muertes de trabajadores, sin embargo, en el caso de los
docentes, existen mas de 10 organizaciones gremiales en cada una de estas
provincias y una organización nacional. ¿Qué ocurre entonces? ¿Son muertes que
importan?
Nuestra apuesta con este pequeño análisis es dar un
paso necesario al hacer observable las formas en que opera una violencia
tolerada: la de docentes mujeres que con el transitar del día sortean o no
situaciones apremiantes.
Esta apuesta en el plano de la toma de conciencia
tiende a producir una ruptura al colocar como eje hechos sociales opresivos,
ruptura que consiste en vincularlos con contradicciones del orden social pero
también con las propias contradicciones de nuestra mirada que condena los
hechos pero a la vez los naturaliza.
Fuentes y
bibliografía
“Una bibliotecaria fue brutalmente asesinada en Chaco:
el femicida tenía una condena por abuso”. Infobae,
26/05/2024. Recuperado de: https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2024/05/26/una-bibliotecaria-fue-brutalmente-asesinada-en-chaco-el-femicida-tenia-una-condena-por-abuso/
“Desgarrador testimonio de una docente que hacía dedo
para ir a trabajar: ‘Pará o me tiro’". Diario
Norte, 24/05/2024. Recuperado de: https://www.diarionorte.com/264233-desgarrador-testimonio-de-una-docente-que-hacia-dedo-para-ir-a-trabajar-para-o-me-tiro
“Vocación pura: docentes chaqueños recorren más de 100
kilómetros diarios para enseñar a sus alumnos”. Diario Tag, 27/11/2024. Recuperado de: https://www.diariotag.com/174350-vocacion-pura-docentes-chaquenos-recorren-mas-de-100-kilometros-diarios-para-ensenar-a-sus-alumnos
“Formosa: una docente murió tras perder el control de
su moto”. Diario Norte, 14/07/2024.
Recuperado de: https://www.diarionorte.com/256641-formosa-una-docente-murio-tras-perder-el-control-de-su-moto
“Murieron
dos maestras que volvían de la Isla Buey Muerto tras darse vuelta su embarcación”.
Diario La Mañana, 28/11/2024.
Recuperado de: https://www.xn--lamaanaonline-lkb.com.ar/noticia/89357/murieron-dos-maestras-que-volvan-de-la-isla-buey-muerto-tras-darse-vuelta-su-embarcacin/
“Hallaron el cuerpo sin vida del docente
Rodolfo Ferraut”. Diario La Mañana,
29/11/2024. Recuperado de: https://www.xn--lamaanaonline-lkb.com.ar/noticia/89380/hallaron-el-cuerpo-sin-vida-del-docente-rodolfo-ferraut/
Durkheim, Émile (2001). La división del trabajo
social. Madrid: Akal.
Navarro, Cosme Damián (2021) La normalización de la excepción. El conflicto ausente en el trata- miento social de la muerte en el Nordeste Argentino. Recuperado de https://repositorio.unne.edu.ar/handle/123456789/27499
Cuando el 25N no entra en las cárceles: mujeres presas en Corrientes
por Fernando Marturet y Sofía Rodríguez Azcona
Argentina, un país que recientemente fue el único en votar en contra de una Resolución de la ONU que buscaba intensificar los esfuerzos para eliminar la violencia contra mujeres y niñas —especialmente en el entorno digital—, se encuentra en una preocupante crisis de derechos humanos. Esta circunstancia resalta la necesidad de visibilizar y analizar la relevancia del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con un enfoque que no solo se quede en lo simbólico, sino que busque acciones concretas para hacer frente a las diversas violencias que atraviesan las mujeres. En este contexto vamos a hablar sobre las mujeres presas en la Provincia de Corrientes. Las instituciones judiciales y penitenciarias no cumplen con los protocolos internacionales básicos de derechos humanos para PPL (personas privadas de su libertad), como las Reglas de Bangkok, diseñadas específicamente para garantizar los derechos de mujeres privadas de su libertad.
El perfil de las mujeres presas en Corrientes evidencia las desigualdades estructurales que atraviesan: la mayoría son jefas de hogar, madres de varios hijos, y provienen de contextos de pobreza extrema. Esta vulnerabilidad económica y social se traduce en una primera forma de violencia estructural que empuja a muchas de ellas a involucrarse en actividades ilegales de subsistencia, como la venta de drogas a pequeña escala. Según datos recientes, en 2020 más de 70 mujeres fueron judicializadas en Corrientes por delitos relacionados con la Ley 23.737 sobre tráfico de estupefacientes, una tendencia que se repite en otras provincias del país. Además, una porción significativa de las mujeres en prisión carece de estudios completos, lo que dificulta su acceso a trabajos formales y refuerza el círculo de exclusión.
No es solo el aspecto económico el que condiciona la vida de estas mujeres. Otro grupo importante de mujeres en prisión ha sido condenado por delitos contra la persona, como homicidios o agresiones, muchas veces en el contexto de una violencia de género previa. En estos casos, la autodefensa se convierte en la única opción para protegerse a sí mismas o a sus hijos. Sin embargo, el sistema judicial rara vez toma en cuenta el contexto integral de estas situaciones, demostrando una preocupante falta de perspectiva de género en la interpretación y aplicación de la ley. Como resultado, las mujeres suelen enfrentar penas mucho más severas que los hombres por delitos similares. Aunque la población femenina encarcelada representa solo un 3,2% y la trans un 0,1%, estos números cobran relevancia al analizar la severidad de las condenas. En la actualidad, en una unidad penal específica, según datos de noviembre de 2024, hay 39 mujeres privadas de libertad, 30 de las cuales están condenadas. De estas 30, 15 tienen penas que superan los 20 años, incluyendo condenas inconstitucionales a prisión perpetua. Esto significa que el 50% de estas mujeres enfrentan condenas a perpetuidad, en comparación con el 9,25% de la población masculina en prisión. Las penas perpetuas contradicen el objetivo de la resocialización, un principio fundamental de la Convención Americana.
El sistema penitenciario en Corrientes, particularmente en la Unidad Penal N° 3 “Instituto Pelletier”, la única cárcel de mujeres en la provincia, tampoco garantiza condiciones de vida adecuadas. Las detenidas denuncian la falta de acceso a servicios básicos de salud, incumpliendo con las Reglas de Bangkok, que establecen la obligatoriedad de exámenes médicos exhaustivos al ingreso y la provisión de atención médica preventiva específica para mujeres, como controles ginecológicos de rutina. Las mujeres con enfermedades crónicas o mayores enfrentan un acceso aún más restringido a los servicios de salud, lo que agrava su situación. Además, el acceso a la educación y la capacitación laboral en prisión se basa en estereotipos tradicionales, enfocándose en actividades consideradas “femeninas”, lo que limita sus posibilidades reales de reintegración en la sociedad.
Esta realidad carcelaria tiene un claro componente de género que no se puede soslayar. Las violencias que enfrentan las mujeres en prisión son específicas y acumulativas: desde la falta de privacidad en las comisarías donde algunas pasan años en condiciones deplorables, hasta la discriminación en el sistema judicial, que parece incapaz de considerar las particularidades de sus vidas. Las cifras son elocuentes: según el SNEEP 2023, la desproporción en la cantidad de personal penitenciario dedicado a las mujeres respecto a los varones en Corrientes es evidente. Mientras que en la Unidad Penal 3 hay 134 funcionarios para 39 mujeres privadas de libertad, atendidas por 134 personas del servicio penitenciario. Esto significa que la proporción es de aproximadamente 3,4 agentes penitenciarios por cada mujer. Por otro lado, en la Unidad Penal N°1, una cárcel de varones, la situación es significativamente distinta. Con una población de 770 presos, la institución cuenta con 409 funcionarios penitenciarios en actividad, lo que resulta en una diferencia notable en la cárcel de mujeres, la dotación de personal penitenciario es casi seis veces mayor en términos relativos que en la cárcel de varones. Por otro lado, los estereotipos de género también influyen en el tratamiento de las mujeres encarceladas. En el sistema penitenciario, las políticas educativas y laborales siguen una orientación patriarcal que limita a las mujeres a roles domésticos, perpetuando la idea de que deben "redimirse" a través de la maternidad y el cuidado del hogar. Esto, lejos de facilitar una verdadera reintegración social, refuerza los mismos patrones que contribuyeron a su exclusión en primer lugar.
La situación de las mujeres en contextos de encierro en Corrientes no es un problema aislado, sino una muestra de las profundas desigualdades que atraviesan a nuestra sociedad. La violencia estructural, institucional y simbólica que enfrentan estas mujeres refleja una crisis de derechos humanos que no puede seguir siendo ignorada. El sistema judicial, con su falta de perspectiva de género, impone condenas desproporcionadas que deshumanizan a quienes ya han sido víctimas de un entorno social y económico hostil. Además, las condiciones deplorables de vida en las cárceles, donde se perpetúan estereotipos y roles tradicionales, son una forma más de violencia que revictimiza a estas mujeres y las aleja de una verdadera posibilidad de reinserción social.
El 25 N nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre las formas menos evidentes, pero no por ello menos dañinas, de violencia que atraviesan las mujeres encarceladas. Es necesario reconocer que la pobreza y la exclusión tienen un rostro predominantemente femenino y que las políticas neoliberales han contribuido a aumentar la criminalización de las mujeres, especialmente de aquellas que, en su lucha por la supervivencia, se ven obligadas a actuar al margen de la ley. El sistema penal, lejos de ofrecer una salida, se convierte en un mecanismo que refuerza las mismas desigualdades que llevó a estas mujeres a su situación actual. La lucha contra la violencia hacia la mujer no puede limitarse a los espacios públicos o domésticos, sino que debe extenderse a todos los ámbitos, incluyendo el sistema penitenciario.
¿De qué hablamos cuando hablamos de “verdad”? De la posverdad a la a-verdad, políticas discursivas de una crueldad superyoica i-real
por Oscar Paniagua y Néstor Rodríguez
“La violencia que introducís en un sistema no se evapora, queda dando vueltas”
Carlos Busqued
Debido al ataque y desgaste que ha sufrido el concepto
“verdad" durante los últimos años, ha perdido fuerza y credibilidad en pos
de otras construcciones discursivas que no refieren ni necesitan de un
correlato empírico ni mucho menos. Los enunciados del Presidente de la Nación
en X (antes Twitter) y su séquito de obsecuentes y aplaudidores digitales, cuyo
transitar diario no pasa más allá de la “calle online”, en la cual sustentan su
ideología, demuestran que dentro de los marcos de X y el fluir de la
información que por allí transita, no se necesitan más que ciertas
interacciones para dotar a un enunciado de una legitimidad que en la realidad
concreta, la de la calle, la del hambre, la del día a día, le es completamente
ajena.
Dentro de los tempranos años que transita el siglo se fue
construyendo lo que Preciado (2022) nos menciona como i-realidad, donde “lo auténticamente real es lo que tiene más
presencia en internet (...), [la cual funciona como] un espacio de sentido
construido cibernética y bioquímicamente en el que es posible vivir -y morir”
(p. 141)[1].
En base a esto, podemos ver y analizar cómo a los post del presidente en Twitter se le suman, casi automáticamente,
miles de respuestas y citas que validan/legitiman lo que este dice, más allá de
si se corresponde empíricamente con la realidad concreta o no, porque esto al
parecer ya no importa. La realidad ya no es la única verdad, ella ni siquiera
entra en los marcos de diálogo de Twitter; lo que verdaderamente importa hoy es
intentar satisfacer un deseo individual, una pulsión fachistoide de razón y odio que escapa a la
comprobación y cuyo único fin es sostener una postura propia y un
“sentirse-parte-de”, aunque ello sea a
costa del sufrimiento de los trabajadores y trabajadoras que están siendo
aniquilados por ajustes, desfinanciamiento y despidos.
Es por esto que podemos notar una política discursiva de la
crueldad a costa del pueblo, ya que desde la vereda ideológica libertaria, el
discurso que desde allí se emite sostiene el sufrimiento presente poniendo por
delante un futuro de luces totalmente optimista, donde el progreso ha llegado a
su culmen y alcanzado todo su potencial; una especie de “paraíso religioso” el
cual si ha de cumplirse, el sufrimiento del pueblo es condición necesaria para
su consecución. Asimismo, existe también otra idea similar surcando en esas
mentes y esos usuarios: la de que por no haber sufrido lo suficiente no
llegamos antes a ese paraíso prometido y que, por lo tanto, esto nos debería
acarrear culpa; y que si no la sentimos debemos hacerlo, pareciéndose esto así
a una política no solo de la crueldad sino también una política del superyó. Las políticas libertarias y su
correlato discursivo en redes sociales, entonces, quieren hacer pagar
cruelmente a quienes, según ellos, son los culpables del estancamiento del
país, poniendo el peso (y la culpa) en los trabajadores, estudiantes, jubilados
y un largo etcétera y olvidando (intencionalmente) a los mismos traidores de
siempre (MM, LC y Cía.) instaurando así un sentido común de resignación y
aceptación.
Entonces, lo que el presidente diga, pareciera ser “verdad”
más allá de cualquier criterio e intento de comprobación porque la misma ya no
necesita de estos, se conforma con la capacidad generadora de interacción que
provoca el enunciado; asimismo el enunciado ya no vale por sí mismo sino por su
condición de “ser-dicho-por”. Vemos
así, entonces, que dentro de los marcos mismos de “diálogo” (si es que éste de
alguna manera existe) ya no se encuentra la posibilidad de veracidad porque el
enunciado mismo es verídico en tanto el presidente diga y los obsecuentes
validen, construyéndose así lo que podríamos denominar como a-verdad, un carácter propio del
discurso donde ni siquiera entra en juego el valor de “mentira” o “falsedad”
sino que el discurso es (a-)verdadero porque existe un sector que lo enuncia,
lo legitima y lo instaura; más allá de su correspondencia con la materialidad
concreta.
Para poner más en claro, lo que conocíamos como “posverdad”,
como discurso anterior y preparatorio, en el que distintos enunciados se
disputaban el canon de “verdad”, erigiéndose aquel que es más repetido y
asociado a alguna realidad -aunque ficticia-, ha dado lugar a la “a-verdad”,
donde el discurso ya no necesita siquiera un referente de realidad ficticio, el
componente alusivo ideológico ha desaparecido definitivamente. Ahora el
criterio es absolutamente subjetivo: “Si el presidente dice que son cinco
perros, son cinco perros” dijo el vocero presidencial cuando lo interrogaron al
respecto de la existencia (o no) de las mascotas del mandatario[2].
Dicho esto, ¿cómo discutir y construir frente a alguien que
no asume la posibilidad de una verdad y concluye en la negación de los
criterios de verdad o de la verdad misma?; ¿cómo discutir sí los criterios ya
no existen, si éste no asume un criterio concreto desde el cual empezar a
dialogar o donde el nuevo criterio de esta verdad contingente, esta a-verdad, pareciera ser refrendada por
el like y la interacción? Ya no
importa el contenido, importa qué tanto un discurso compatibilice con la
ideología propia y pueda ser repetido, retuiteado, reposteado y likeado; siendo
estas las formas de legitimación del discurso oficializado.
Asimismo, entendemos que podemos encontrar varios niveles de
seguidores; aquellos que se identifican con las políticas de crueldad, y
disfrutan de ello, aunque deban pagar el costo de sufrir también las
consecuencias, personas que en su devenir se han construido en el rechazo y
odio a quienes no son ellos, es decir: el núcleo duro e invariable que seguiría
al líder hasta la muerte. Otros son aquellos que se han dejado atrapar por la
conveniencia del contenido ideológico, pero que encuentran ciertos “peros”,
aquellos que han adherido por rechazo a lo
anterior que representa una ideología ya probada y fracasada, estos solo
considerarían la falla de su adhesión en el choque contra la pared (la realidad
material). Es aquí donde es posible dar una batalla
cultural.
Esta batalla debemos considerarla en sus formas; considerar,
por ejemplo, la mecánica ideológica de la instauración de la a-verdad. Entender que el enemigo
utiliza unos métodos tan violentos como efectivos. Nadie puede negar que el
monopolio de los mass media es una
forma violenta de socavar las voluntades y torcerlas hacia sus intereses.
Entonces: ¿qué hacer?, ¿cómo enfrentar esta violencia?, ¿refugiarnos en aquello
de que “el amor vence al odio”?, ¿marchar por la vereda para no molestar?, ¿esperar
al 2027? O, tal vez, sea momento de entender que ciertas ideologías embutidas
violentamente sólo podrán ser extirpadas con la misma fuerza que han sido
sembradas.
¿De quién debemos tener miedo? Bullrich y su política de seguridad
El narcotráfico como negocio creció
exponencialmente luego de que a nivel internacional se creara una declaración de
sustancias ilegales, obligando así a los Estados parte a prohibir el consumo de
dichas sustancias y combatir su tráfico. Esta declaración tiene sus matices, ya que se realizó por cuestiones más políticas que científicas y
con el supuesto fin de proteger la salud humana. Sin entrar en el debate
apologético, lo cierto es que la prohibición nunca logró disminuir el consumo
ni el suministro de las drogas (Rossi, 2014).
A partir de las Convenciones de Naciones Unidas de 1961
(Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes), de 1971 (Convenio sobre
Sustancias Sicotrópicas) y de 1988 (Convención de las Naciones Unidas contra el
Tráfico ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas), crecieron y se
especializaron organizaciones ad hoc, o carteles, que vinieron a competir o
aliarse con las organizaciones criminales existentes como las triadas chinas,
la yakuzza japonesa, la mafia, etc.
En consecuencia, el narcotráfico ha ido legitimándose económica, social y
políticamente. Desde el punto de vista económico, poco a poco el sistema
financiero fue creando nichos para el lavado de dinero. Los factores que
favorecen al lavado son la libre circulación de capitales, las bancas off shore,
los países con secretos bancarios y las políticas de “blanqueo de capitales”.
Otra parte del dinero se recicla a través de fachadas como la compra de
tierras, inmuebles, clubes de futbol, restaurantes, discotecas, etc. transformando
a los narcotraficantes en empresarios respetados con mucho poder.
En lo social, el narcotráfico se legitima al ofrecer la satisfacción
de necesidades tan básicas como el acceso a un ingreso para cubrir
la alimentación. Fundamentalmente en lugares donde el Estado está ausente por
difícil acceso, como las selvas, los bosques, o las villas miserias en las
ciudades. Pero el narcotráfico no solo recluta entre los sectores más
empobrecidos, también en la clase media, a través de profesionales que buscan
satisfacer sus necesidades de consumo en una sociedad que valora lo que se
tiene y donde el status lo otorga la capacidad de compra de autos, mansiones, viaje,
carteras y otros bienes de lujo.
Por
su parte, la legitimación política es contradictoria, porque mientras el Estado
(nacional, provincial municipal) firma convenios y promulga leyes de lucha
contra el narcotráfico, su estructura está atravesada por la corrupción, por
funcionarios que cobran dádivas, sobornos o hacen la vista gorda. A su vez, el
dinero del narcotráfico financia campañas electorales que aseguran la
continuidad del business as usual.
Traemos
a colación a la Dra. Rossi porque hace más de 20 años se dedica al estudio e
investigación de esta problemática en la Universidad Nacional de Rosario. Curiosamente, cuando las papas queman, el gobierno nacional de Javier Milei con su Ministra
Bullrich ha decidido mirar a El Salvador e inspirarse en la política de Nayib Bukele,
antes que consultar científicxs especialistas en el área que vivieron en la
propia ciudad.
Las políticas de combate al
narcotráfico mediante la securitizacion [1] son
insuficientes, según la Dra. Rossi. Por el contrario, es necesario un abordaje integral que contemple la
legalización del comercio de estas sustancias, el consumo en entornos controlados
y desalentar el consumo mediante campañas que enseñen
e informen a la población. El control efectivo al lavado de dinero es un tema
clave para desalentar el negocio y reducir la oferta; como también promover el empleo
para que permita vivir dignamente sin tener que recurrir a la delincuencia.
Todo lo cual implica políticas públicas, palabra no grata para el actual gobierno nacional.
Desde
luego los criminales deben ser juzgados y condenados como dicta la ley; no
obstante, combatir el fuego con fuego solo termina generando un incendio. Por
ejemplo, en los casos de guerra contra las drogas en Colombia y México
que culminaron con la captura de los grandes capos narcos como Pablo Escobar y
el Chapo Guzmán, no causaron la extinción del narcotráfico, sino que multiplicaron
las organizaciones criminales y las guerras entre bandas aumentando los niveles
violencia. De ese modo, se ha llegado a lo que se denomina narcoestados, es decir, lugares donde
el gobierno es de facto por parte de carteles u organizaciones criminales que
no solo tienen el control del territorio sino también de la población a quienes
gobiernan a su antojo.
A su vez, como toda guerra, las bajas no son solamente
de criminales sino también de miles de jóvenes integrantes de las fuerzas y
civiles que quedan bajo el fuego cruzado. La política de War on drugs fue
impulsada por el Presidente Richard Nixon desde 1971, cuando se creó la DEA (Drug
Enformcement Department) y tuvo un alcance mundial. Aún en la actualidad, la DEA
opera y tiene agentes trabajando en todo el mundo. Paradójicamente, uno de los
países con mayor consumo de cocaína, durante mucho tiempo, financió millones de
dólares a la guerra contra las drogas sin lograr extinguir este negocio.
“Hacia allá vamos”
"Queremos
seguir el modelo que ustedes están llevando adelante”, le dijo la Ministra de Seguridad argentina Patricia Bullrich al
presidente de El Salvador durante la cumbre de fuerzas conservadoras en
Washington el pasado mes de febrero.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga
y el Delito plantea que El Salvador en el 2021 tenía una tasa de asesinatos del
17,18 por cantidad de habitante mientras que la Argentina era del 4,62. Este
dato muestra la distancia en cuanto a nivel de violencia entre ambos países,
aun así, hay algo en el modelo de Bukele que capta la atención principalmente de
los partidos de derecha en América Latina.
Las
políticas del mandatario salvadoreño no solo fueron cuestionadas por
organizaciones civiles y asociaciones internacionales, sino también por la
Oficina de Derechos Humanos de la ONU, que en más de una oportunidad expresó su
preocupación por las consecuencias que las medidas de excepción tuvieron sobre
las libertades y garantías de la población. Pero ¿en qué cosiste esta política?
El
Plan Control Territorial fue lanzado el 20 de junio de 2019, resulta en una
sucesión de fases cada una con sus objetivos específicos. La primera fase se
concentro en los aspectos represivos, control de los centros penales,
interrupción del financiamiento al crimen organizado y el fortalecimiento de
los cuerpos de seguridad. Los primeros meses fueron los más sangrientos puesto
que las organizaciones criminales respondieron con la fuerza “abriendo
válvulas” lo cual significa ejecutar grandes matanzas, llegándose a producir 87
asesinatos en un fin de semana.
Actualmente la fase seis del plan se encuentra
en ejecución a cargo de la Fundación Forever, cuyo presidente es el argentino Alejandro
Gutman, quien hace mas de 20 años trabaja con los jóvenes de familias
empobrecidas en ese país.
La fase seis denominada de integración se
concentra en ofrecer oportunidades laborales y educativas para los jóvenes.
Este plan se financio con millones provenientes del Banco Centroamericano de Integración
Económica, grandes sumas del presupuesto nacional y hasta donaciones. La
batería de medidas que acompañan son el estado de excepción que lleva más de dos
años, las detenciones arbitrarias, la construcción de una mega cárcel para
alojar a 40 mil reos y hasta condenas con reclusión para niños de 12 años,
incluso amenazo con dejar morir de hambre a los presos si aumentaba la
violencia en las calles.
En
cuanto a su efectividad, ha logrado reducir la tasa de homicidios de 38 por
cada 100.000 habitantes en 2019 a 7,8 en 2022, según cifras oficiales, aunque
estas no registran la muerte de pandilleros por parte de las fuerzas de
seguridad. En cuanto a su popularidad el
85% de los salvadoreños votaron a favor de estas medidas al otorgar la
reelección de su creador el presidente Bukele.
¿Cualquier parecido con la argentina actual es pura coincidencia?
Desde
organismos de DDHH nacionales e internacionales como Amnistía Internacional
Argentina se destaca la profunda preocupación por el impacto de las políticas
recientes en la vida y los derechos de las personas. El lugar de los derechos
humanos en el gobierno de Milei parece marginal, evidenciado por la eliminación
del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en la estructura gubernamental.
El
2 de abril, Milei expresó la necesidad de "reconciliarse con las fuerzas
armadas", un gesto que algunos interpretan como negacionismo histórico y
una preparación para situaciones futuras donde las fuerzas de seguridad puedan
ser cuestionadas por el uso excesivo de la fuerza. Esto incrementa el riesgo de
impunidad en los juicios por crímenes de lesa humanidad, afectado por factores
como la salud de los acusados y las condiciones carcelarias.
Además,
se han anunciado posibles cierres de sitios y Espacios de Memoria, como el
Ecunhi, bajo acusaciones de propaganda política. También el cierre del INADI,
la prohibición del lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en la
Administración Pública, así como el incumplimiento de leyes laborales, la
incitación al gatillo fácil, la pretensión de gobernar mediante decretos y la
reciente apertura para denunciar a docentes por adoctrinamiento ideológico.
Estas medidas, que se multiplican diariamente, atacan directamente la
democracia y el acceso a los derechos garantizados por la Constitución Nacional
y tratados internacionales.
Tanto
el Presidente como su Vicepresidente y la Ministra de Seguridad, están encantados
con la política represiva, hasta se puede decir que tienen cierta admiración
por las políticas de terrorismo de estado. Recientemente la Ministra hablo
de “una guerra sin cuartel contra el narcoterrorismo” justificando así
la batería de medidas represivas que prometió desplegar en Rosario ante los
trágicos hechos.
Este
grupo, desde el fallido DNU está intentando endurecer el sistema penal, otorgar
mayor margen de maniobra e impunidad a las fuerzas armadas, mejorar su
equipamiento, bajar la edad de imputabilidad y hasta jugaron con la posibilidad
de suspender reuniones de mas de 3 personas apelando a operaciones
“antiterroristas”.
El
tema de la militarización como solución a la cuestión del narcotráfico resuena
desde hace años. Sin embargo, se trata de una vía ineficiente y que incluso
puede empeorar la situación por varios factores. Se ha comprobado que el narco
ya tiene aliados activos en las fuerzas de seguridad, la gran mayoría de las
balas utilizadas son rastreables a comisarías, por ejemplo, el 12 de marzo de
2024 se conoció la noticia de que en Rosario dos taxistas fueron asesinados con
balas de la Policía de Santa Fe. De
este modo la inversión en armamento para la lucha contra el narcotráfico termina
estando al servicio de los delincuentes.
Que
las FFAA se acoplen a fuerzas ya corruptas abre la puerta a que estas también
se corrompan, pero esta vez con armas de calibre militar.
No
se plantea ninguna solución de fondo al problema, no se ataca ni el lavado de
dinero ni la pobreza, principal causa por la que les pibes prefieren asesinar
por unos pocos pesos con tal de poder comer. En un contexto de indigencia tan
alto, mucha gente es vulnerable a ser empleada por el narco, por lo que no se
puede desarrollar un operativo militar para detener esto. Cuando los soldados
deban retirarse, es inevitable que la situación resurja, porque las
condiciones materiales que crean este problema están intactas.
La
palabra clave es el terrorismo, mucho se ha analizado en el área
de la geopolítica sobre el terrorismo después del atentado del 11-S. Por
ejemplo, D. Harvey analizaba la política de E.E.U.U después la Operación Nuevo
Amanecer y como cuando todas las razones para emprender una guerra preventiva
en Iraq se revelaron deficientes, el presidente norteamericano George Bush apela
a eliminar el terrorismo y a “la libertad” como suficientes para invadir ese
país.
Que
casualidad lo que implicaba la libertad en ese momento quedo plasmado en
el decreto de Paul Bremer quien asumió la Dirección de la Autoridad Provisional
de la Coalición en Iraq, las medidas eran:
-La
plena privatización de las empresas públicas.
-Plenos
derechos de propiedad para empresas extranjeras que adquieran empresas
iraquíes.
-Repatriación
de los beneficios extranjeros.
-Apertura
de los bancos iraquíes al control extranjero.
-Eliminación
de todas las barreras comerciales.
-Regulación
estricta del mercado de trabajo: prohibición de huelgas en sectores claves de
la economía y el derecho de sindicación restringido.
Es
decir, la libertad de los iraquíes se aseguraba a través de la libertad de
mercado. Siguiendo con el análisis sobre el terrorismo, esta es una palabra
que justamente causa su efecto deseado, generar terror en la población y por la
tanto justificar la respuesta, así sea la restricción de la libertad en pos de
la seguridad. Recordemos que en Iraq murieron 289 mil víctimas en seis años, de
los cuales el 65 por ciento eran civiles ¿todas estas muertes en nombre de la
libertad? La libertad de quien
seria la pregunta correcta.
Para finalizar traemos a Roberto Samar (2012), quien realiza un breve resumen sobre los múltiples significados que tiene el terrorismo, recomendando su lectura, pero sobre todo esta cita de su escrito que resulta más que interesante: “Recordemos que el genocida Jorge Rafael Videla definió a un terrorista a alguien no es solamente alguien con un arma de fuego o una bomba, sino también alguien que difunde ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana”. Otra coincidencia: Milei en su discurso frente a todo el mundo en el Foro de Davos dijo que “Occidente esta en peligro” ¿Debemos tener miedo?
También aquí podríamos preguntarnos de quién tener miedo.
Enlaces de interés
"Patricia Bullrich, la fan número uno de Nayib Bukele". Página/12. 23/02/2024.
ARÉVALO, Karla. "¿En qué consiste el “modelo Bukele” sobre la seguridad en El Salvador?". En: Voz de América. 11/08/2023.
BBC Mundo News (2022). Bukele contra las maras: 3 polémicas medidas aprobadas por El Salvador para combatir a las pandillas. 06/04/2022.
CHAÑI, Ivana. "Narco en Rosario: Matan con balas y pistolas de la Policía". AriesOnLine. 12/03/2024
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Imperialism. Oxford, Oxford University Press, 2003.
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ONU. Oficina contra la droga y el delito (2003). Informe mundial sobre las drogas 2003.
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SALAZAR P., Robinson; Yenissey Rojas, Ivonne (2011). "La securitización de la seguridad pública: una reflexión necesaria". En: El Cotidiano. Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Azcapotzalco, México D.F. N° 166, marzo-abril 2011, pp. 33-43.
SAMAR, Roberto (2012). Política y comunicación. EDUCO ‐ Universidad Nacional del Comahue, Neuquén.
SECRETARÍA DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA (2023). Gobierno de El Salvador. El Salvador registra el promedio de homicidios más bajo de Centroamérica. 05/01/2023.
SECRETARÍA DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA (2022). Gobierno de El Salvador. En el tiempo que lleva el Gobierno del Presidente Nayib Bukele el Plan Control Territorial es la mejor defensa del pueblo ante la agresión de las pandillas. 24/11/2022.
TOKATLIAN, Juan Gabriel (2016) "¿Argentina es el tercer exportador mundial de cocaína?". Página/12. 14/07/2016.
[1] La Securitizacion es un término
que surge de los estudios de Weaver, Ole en 1995 cuando analiza los denominados
conflictos de baja Intensidad designados como amenazas por el
Departamento de Estado de Estados Unidos, una de esas amenazas fue el
narcotráfico. Por su parte securitizacion está vinculada con la seguridad,
certidumbre y defensa de un objeto o bien que tiene un valor asignado dentro de
la sociedad y el valor justifica la medida y los actos que puedan aplicarse, o
en defensa de ese bien económico, político o social; permitiendo así al Estado
recurrir a medios extraordinarios, en un marco de legitimidad, y garantizar la
defensa de los ciudadanos, el blindaje de las instituciones o evitar la guerra
o el impacto desfavorable que la amenaza trae consigo.
ANÁLISIS: Cuando el hambre es la política
Por Silvia N. Sánchez y Marcelo Graciosi
La investigadora
María Victoria Sordini estudia las políticas alimentarias (PA) en Argentina. En
un reciente artículo publicado en la Revista
de Sociología y Política (2022) advierte que “lejos de intervenir sobre las
causas estructurales de producción, distribución, comercialización acceso y
consumo de los alimentos [las PA] despliegan acciones sobre los `síntomas` de
la desigualdad social” (p. 14). Las emergencias resultan “permanentes” a través
de diseños que se “ajornan” a las modalidades de prestación hegemónica en cada
época. Focalizadas siempre en los sectores sociales más vulnerables, se obturan
posibilidades de abordar la problemática alimentaria como un asunto transversal
a todos los sectores sociales. En este sentido las políticas alimentarias son
parte del dispositivo de poder que constituye ese amplio abanico denominado
políticas sociales. La política social tiene un papel fundamental en la
construcción de hegemonía por parte del capital financiero. Para actuar
eficazmente como representante general del capital social el Estado debe lograr
ser reconocido por los sujetos en su carácter de ciudadanos como la autoridad
que impone la ley, que resguarda el orden, que vela por el por el bien común y
que repara los daños de los constantes procesos de desafiliación social
(Castel, 1990). Su acción, al menos bajo estos parámetros, tiene que
presentarse como expresión de intereses generales. Este reconocimiento implica
el desarrollo de tal disposición por parte de los individuos, lo que requiere
la acción del mismo Estado en tal sentido, y la política social es una de las
formas que esa acción asume. En otros términos, la lógica del capital requiere
del estado las políticas asistenciales aún en los casos de sociedades con
relativos grados de desarrollo económico (O´Connor, 1974).
Mitigar el hambre
posee una alta eficacia en la contención de la conflictividad social, pero
escasamente para elaborar diagnósticos que permitan abordar el problema de
manera integral (Clemente, 2010; Sordini, 2022). Por otra parte, en la
Argentina hemos podido observar diferentes políticas sociales de carácter
alimentario que no solo convivieron con altos grados de conflictividad social,
sino que al mismo tiempo fueron parte disputas de diverso tipo, dando lugar a
tensiones y nuevos escenarios de conflictividad social (Grassi, 2003). El
problema de fondo -dicho en términos de metáfora espacial, pero sin remitirnos
a ninguna esencia sustancial-; es la tensión entre el planteo de un gobierno de
los mínimos biológicos (Álvarez Leguizamón, 2010) y las resistencias, siempre
al mismo tiempo globales y locales que emergen incluso desde los mismos sujetos
que están inscriptos en estos dispositivos.
Los programas
definen el problema alimentario como un problema de acceso a los alimentos y
poseen un carácter paliativo y provisorio. Son “de asistencia”, “emergencia”,
“ayuda”, “complemento”. Además, los PA son permanentes para quienes no han
revertido su situación de pobreza. A partir de los requisitos de focalización
se “moldean” maneras de ser receptor de un PA, de sentir, de pensar, de actuar.
Se delimita cómo se experimenta el hambre, las formas de comensalidad y el ser
y estar desde las prácticas alimentarias. Así, las PA re-configuran prácticas,
definen alimentos posibles y tejen relaciones sociales sobre la necesidad de
comer (Sordini, 2020).
Sordini sostiene
que “el hambre es la política” (2022, p. 15) porque las PA moldean una
habituación, una normalización de la mitigación del conflicto del hambre a
través de la capacidad coercitiva del Estado y el alcance masivo de sus
intervenciones. Regulan así “un proceso socio-histórico sobre la distribución
desigual de las energías y del orden social” (p. 15). Las energías para la
producción y reproducción de algunos tipos de fuerza de trabajo, de
determinados desarrollos cognitivos, las interacciones sociales y trayectorias
de clase quedan subordinadas a lo que las PA dispongan.
Ahora bien,
¿cuáles son las PA o las medidas que impactan en la problemática alimentaria
desde el gobierno de Javier Milei?
Una de las medidas
que más afecta la problemática alimentaria es la devaluación del peso. El
miércoles 13 de diciembre de 2023 el Ministro de Economía, Luis Caputo, anunció
la tercera suba diaria del dólar más grande de la historia argentina (118%), al
devaluar un 54% el peso frente a la divisa estadounidense. Fue la peor
devaluación desde 1989 cuando en medio de un proceso hiperinflacionario se
sucedieron varias devaluaciones, pero esta vez se tomó la medida de forma
deliberada. La cotización del dólar oficial –que fija el Banco Central y que
sirve principalmente para el comercio exterior- pasó de 400 a 800 pesos (Ámbito
Financiero, 08/02/2024).
En palabras del
Ministro Caputo la medida se tomó para hacerle frente al déficit fiscal y la
inflación:
“Estamos frente a
la peor herencia de nuestra historia, un país donde los argentinos somos cada
vez más pobres (…) Si seguimos como estamos, vamos inevitablemente en camino a
una hiperinflación. Podemos (…) llegar a niveles de 15.000% anual. Para que se
entienda eso en números, hablamos de que una leche pase de valer 400 pesos a
60.000 pesos en el lapso de un año. Nuestra misión es evitar la catástrofe”
(La Nación, 14/12/2023)
Observamos que el
funcionario atribuye la causa de la pobreza a la “herencia”, es decir, los años
de gobierno precedente -que, paradójicamente incluyen el gobierno de Mauricio
Macri (2015-2019) en el cual él mismo estuvo a cargo de la cartera de economía.
Para evitar el mal mayor (la hiperinflación), se indica que es necesario
realizar un ajuste masivo.
Esta devaluación
impacta de manera descomunal en los precios de los alimentos, los remedios, la
nafta, entre otros servicios, haciendo caer el peso del ajuste en los sectores
populares.
En diciembre de
2023, el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) estimó que el índice de
precios al consumidor (IPC)[1] de
alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 20,6% con una variación interanual
del 296%. La canasta básica de alimentos (CBA)[2]
trepó un 30,4%, en enero de 2024, un 18,6%. La canasta básica total (CBT)[3]
subió en diciembre un 27%, en enero de 2024, un 20, 4%. La tasa de empleo en el
tercer trimestre de 2023 es de 45,5%, de desempleo 5,7%, de subocupación 10,3%.
El coeficiente de Gini[4]
del ingreso per cápita familiar de las personas fue para el mismo período de
0,434%; la brecha de ingresos por medianas del ingreso per cápita familiar de
la población de 14%. El porcentaje de pobreza, de 40,1%. El de indigencia, 9,3%
(medidos ambos al primer semestre de 2023, última medición realizada por INDEC)[5].
El informe Argentina (2004-2023): Un régimen
inflacionario crónico de empobrecimiento y mayor asistencia social del
Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA, 2024)[6]
indicó que los niveles de indigencia[7],
como consecuencia de los incrementos del costo de la CBA y de los ingresos de
los hogares pasó de 9,6% en el tercer trimestre de 2023 al 14,2% en diciembre
de 2023 y al 15% en enero de 2024. Con respecto a los niveles de pobreza[8], se
pasó de 44,7% en el tercer trimestre de 2023 a 49,5% en diciembre de 2023 y a
57,4% en enero de 2024. El mayor incremento lo experimentaron los hogares de
clases trabajadoras o medias no beneficiarias de programas sociales. Si se
observa específicamente a los residentes en hogares destinatarios de políticas
sociales su nivel de indigencia era, en el tercer trimestre de 2023, de 19,7%,
se incrementó en diciembre de 2023 a 28,8% y decreció a 23,8% en enero de 2024.
En cuanto a los niveles de pobreza estos mismos hogares presentan un nivel de
pobreza del 85,5% en enero de 2024. Es decir, como puede observarse desde los
gráficos del informe de ODSA (2024) se han recrudecido los indicadores de
indigencia y pobreza. Estos porcentajes hacen visibles privaciones sociales más
estructurales como por ejemplo vivienda, hábitat, educación, salud, recursos
sociales, trabajo, etc. Ante un contexto de crisis, los hogares con indigencia
intensifican cada vez más sus niveles de privación económica haciendo más
difícil revertir sus posibilidades de marginalidad estructural. En otras
palabras, cada nueva crisis económica deja un nuevo “piso” más elevado de
indigencia, y ello es más intenso en hogares con otros déficits. Esto provoca
sociedades más empobrecidas, con un sistema económico más heterogéneo y
mercados laborales más segmentados (ODSA, 2024). La indigencia afecta más a los
estratos bajos, hogares con niñas/os y adolescentes (NNA) y cuyo jefe/a de
hogar posee un bajo nivel educativo. También los sectores medios bajos
descienden sus capacidades de consumo, desde 2017 se ha generalizado el
crecimiento de la pobreza, que se profundizó con la crisis sanitaria por
covid-19. Los hogares con NNA son los más afectados por las desigualdades
estructurales al interior de la estructura socio-económica.
Según las Guías Alimentarias para la Población
Argentina (GAPA) (2016), la alimentación saludable es aquella que aporta
todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para que cada persona
pueda llevar adelante las actividades diarias y mantenerse sana. La inflación
actual y la proyectada impactan fundamentalmente en el precio de los alimentos.
A menores ingresos en los hogares hay mayor prevalencia de diferentes formas de
malnutrición, ya sea por déficit o por exceso. Esto se debe a que cuando menor
es el ingreso, el consumo se vuelca más hacia los alimentos de menor costo, que
en general son los alimentos de menor calidad nutricional. La accesibilidad a
los alimentos no suele ser un problema, sino su costo, su dependencia de los
ingresos de los hogares. Las agroindustrias de los alimentos ofrecen “energía
barata y micronutrientes caros (Aguirre et al., 2010) de allí que los
padecimientos más predominantes suelen ser las enfermedades crónicas no
transmisibles (ECNT): diabetes, hipertensión arterial, enfermedades
cardiovasculares.
En Argentina más
del 90% de la población reside en centros urbanos y las familias que viven en
los campos cada vez menos se dedican a la producción de alimentos (ello por el
aumento exponencial en los últimos años de los agronegocios cuya producción de
cereales se destina al mercado externo). Los principales puntos de
abastecimiento de alimentos son los supermercados. Como sostiene Patricia
Aguirre[9] de
los cinco principios de la seguridad alimentaria[10]
en Argentina se cumple con 4: suficiencia (de suministros de alimentos para
abastecer a toda la población), estabilidad (se logra cuando las variaciones
estacionales no comprometen la provisión), autonomía (la no dependencia del
suministro externo), sustentabilidad (la explotación de los recursos posibilita
su reproducción en el futuro). Lo que no está garantizado es la equidad, o sea,
que toda la población tenga acceso a una alimentación socialmente aceptable,
variada y suficiente para desarrollar su vida. Mas allá de estas aseveraciones,
se vuelve imprescindible en la actualidad inquirir en qué medida la población nominada
como vulnerable (Barrenechea, Gentile,
González, Natenzon, 2000) logra acceder en materia de alimentación a un
mínimo biológico.
El aumento de la
inseguridad alimentaria favorece en adultos el incremento de ECNT, en NNA la
malnutrición (por exceso: sobrepeso u obesidad; por carencia: desnutrición)
lleva a retraso en el crecimiento, disminución de las capacidades cognitivas,
mayor tasa y severidad de las infecciones, repercutiendo en la mortalidad.
Claramente que la falta de acceso a alimentos (adecuados) atenta contra la
salud de las personas, de todas las personas, pero sobre todo de los sectores
que ya eran vulnerables antes de las medidas del gobierno actual.
Fuente:
EDSA Agenda para la Equidad (2017-2023), ODSA, UCA.
Pasemos ahora a
otras medidas que impactan directamente en la problemática alimentaria. Otro miércoles,
el 20 de diciembre de 2023, desde el Salón Blanco de la Casa Rosada, el
Presidente rodeado de su Gabinete presentó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU)
Bases para la reconstrucción de la economía argentina (Decreto 70/2023). El
texto del decreto tiene 83 páginas y contiene 366 artículos con el objetivo de
desregular la economía.
En palabras de
Milei:
“…Después de
décadas de fracasos, empobrecimiento, decadencia y anomia hoy comenzamos
formalmente el camino de la reconstrucción. Para ello diseñamos un plan de
estabilización de shock que comprende un plan de ajuste fiscal, una política
cambiaria que sinceró el tipo de cambio al valor del mercado y una política
monetaria que incluye el saneamiento del Banco Central. Estamos haciendo
nuestro máximo esfuerzo para intentar disminuir los efectos trágicos de lo que
puede ser la peor crisis de nuestra historia” (Cadena Nacional, 20/12/2023)
Tras su comunicado
en el horario de audiencia central, las cacerolas se escucharon desde los
balcones y las calles de Buenos Aires y de otras grandes ciudades del país. Los
manifestantes sostenían que las reformas anunciadas no los salvan de las garras
del Estado, sino “que quedan desprotegidos frente al poder irrestricto
concedido al mercado” (Diario El País, 21/12/23)[11].
A 22 años de la crisis con a que concluyó el gobierno de Fernando de la Rúa
–con un saldo de 39 muertos-, otra vez las cacerolas hicieron sentir el
descontento. El decreto –según abogados constitucionalistas- no tiene
precedentes en la historia argentina reciente puesto que “el Poder Ejecutivo no
puede, en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir
disposiciones de carácter legislativo” (Ab. Antonio Hernández, Diario El País,
21/12/23).
El DNU entró en
vigencia a los 8 días de su anuncio y solo puede ser rechazado por el voto
negativo de las dos Cámaras legislativas o en forma parcial a través de fallos
judiciales (al momento de escribir estas líneas está en vigor).
Los artículos del
DNU que impactan particularmente en la problemática alimentaria son:
El Artículo 4
deroga la Ley Nº 18.425 Norma referente a precios de expendio en supermercados
y autoservicios. Esta ley de 1969 define con precisión qué es supermercado, un
autoservicio minorista y mayorista. Es una ley que se usa como base de
entendimiento para aplicar sanciones y multas ante incumplimientos.
El Art. 5 deroga
la Ley Nº 26.992 de creación del Observatorio de precios y disponibilidad de
insumos, bienes y servicios. El Observatorio de precios es un instrumento para
definir valores de acuerdos de precios.
El Art. 7, deroga
la Ley Nº 27.545 de góndolas que tenía por objetivo regular el espacio en las
góndolas que los supermercados conceden a las empresas productoras de bienes de
consumo masivo, tanto de comercios físicos como en las ventas digitales. Se
había aprobado en febrero del 2020 y había empezado a implementarse en 2021.
Esta ley buscaba una desaceleración en la suba de los precios, intentaba
facilitar el acceso a productos de la CBA, promover una distribución más
equitativa en el mercado de los actores encargados de la comercialización de
esos productos. Ya que, en definitiva, son los supermercados los que terminan
estableciendo el valor al que se ofertan los productos. Para ello además se
promovía el diálogo con el sector empresarial para establecer precios de
referencia a través del programa Precios Cuidados. Preveía la exhibición de
productos de modo que exista un mejor reparto de proveedores. Tendía, además
hacia una competencia equitativa en oposición al monopolio de las grandes
empresas, fomentar la participación de pequeñas empresas y trabajadores de la
economía popular para el acceso a precios más equitativos[12].
El Art. 9 deroga
la Ley Nº 20.680 de creación del régimen de abastecimiento. Esta ley permitía
regular el comercio interior de todos los bienes y servicios que se ofrecían en
el país. Establecía un sistema de sanciones penales con un procedimiento
especial para su aplicación. El principal delito que prevenía era el de
acaparamiento que significa provocar la escasez de un producto con la finalidad
de hacer subir su precio.
La derogación de
este conjunto de leyes implica en lo inmediato que las empresas no están
sometidas a controles de precio o de abastecimiento y que los supermercados
pueden decidir libremente qué mercadería exhibir y en qué lugar ubicarla. Sin
embargo, hay sectores. Ambas leyes poseen objetivos comunes para la competencia
como la desarticulación de los mercados oligopólicos y monopólicos, favorecer
en forma indirecta el acceso a los bienes de consumo de los hogares argentinos.
Sin embargo, hay sectores como la Confederación Económica de la Provincia de
Bs. As. (CEPBA) que consideran que “estas leyes nunca tuvieron un efecto
positivo para el desarrollo de las actividades de las Pymes”.
Aparte de estas
leyes, el DNU deroga la Ley Nº 18.770 de Régimen de entregas de azúcar para
consumo en el mercado interno. Es una ley de 1970 con un texto escueto, no obstante,
al establecer cupos lo que impedía era el desabastecimiento y el aumento
desmedido de precios. El azúcar es uno de los productos que más subió en los
últimos años (su precio se multiplicó por 8 en poco más de 2 años y los
ingenios se llevaron ganancias fabulosas, no así los salarios de los
trabajadores azucareros que no siguieron el ritmo de la inflación y cuyas
condiciones laborales no son las mejores)[13].
Otra de las
medidas que afectan al problema alimentario en el contexto inflacionario actual
son el haber discontinuado el Programa de Las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) que abastecía a comedores comunitarios del país. Desde
tomadas el Ministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello se tomó
esta decisión. La única asistencia vigente es el Programa Alimentar, que llega
a 3 de cada 10 niños pobres, y a 1 de cada 10 familias pobres.[14]
Es un programa que llega a 19 millones de niños, mientras los comedores
alimentan entre 4 y 5 millones que no tienen nada de nada. A miles de NNA que
ya se encontraban con inseguridad alimentaria se les retira asistencia. Las
únicas medidas paliativas ante la vulnerabilidad de las familias tomadas por el
gobierno de Milei han sido el incremento del 100% de los montos percibidos a
través de la Tarjeta Alimentar[15],
también se estableció la duplicación de la Asignación Universal por Hijo (AUH)
y un bono de $70.000 para jubilaciones y pensiones de haberes mínimos.
La interrupción
del reparto de mercadería a los comedores comunitarios o populares de debe
–según el gobierno- a la necesidad de revisar posibles irregularidades. Se
anunció la voluntad de transferir dinero a cada comedor, se proclamó la
voluntad de eliminar los intermediarios. Al mismo tiempo, se firman convenios
con Caritas, con las iglesias evangélicas nucleadas en ACIERA y con la
Fundación Cooperadora Nutrición Infantil (CONIN)[16],
como se difundió desde @MindeCapitalH.
Lo cierto es que
la capacidad de llegar a los territorios empobrecidos que poseen los
movimientos sociales y las mujeres de la economía popular no la tiene el
Estado. Solo el Movimiento de Trabajadores del Estado (MTE) posee 680 comedores
en todo el país que dan de comer a 81.500 personas. Cuando los comedores se
cierran o atienden 2 de los 7 días de la semana cientos de familias se quedan
sin comer.
Otras medidas
tomadas por el gobierno que repercuten en la problemática alimentaria son la
reducción del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) cuyo objetivo era la
mejora de las condiciones habitacionales de las villas y barrios populares, el
reemplazo del Potenciar Trabajo por dos programas: “Volver al trabajo” y
“Acompañamiento social” que segmentan por edades a sus beneficiarios y según
argumenta Eleonor Faur[17]
apuntan “a desarmar la trama del cuidado popular”. Se responsabiliza a los
sujetos por la dificultad para conseguir trabajo, sin considerar la dinámica
excluyente del mercado laboral ni las innumerables tareas de cuidado y
preservación de la vida que miles de mujeres realizan desde sus barrios. Estas
decisiones comprometen la seguridad alimentaria puesto que no se trata solo de
alimentos, sino de acceso a infraestructura de hogares y barrios, a servicios
básicos (agua segura, electricidad, luz eléctrica, gas), a cuidados y a empleo
ya que los salarios son la principal fuente de compra de alimentos que se
mercantilizan.
No es un dato
menor que la Primera Subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional
(FMI), Gita Gopinath, declaró tras su visita y reunión con los equipos de
gobierno que:
“Dados los costes
de estabilización a corto plazo, es esencial sostener esfuerzos para apoyar a
los segmentos vulnerables de la población y preservar el valor real de la
asistencia social y las pensiones, así como garantizar que la carga del ajuste
no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras. Proceder de
forma pragmática para asegurar apoyo social y político también es fundamental
para garantizar la durabilidad y eficacia de las reformas (…) (las medidas)
deben ser diseñadas y secuenciadas para asegurar un crecimiento sostenido e
inclusivo” (Departamento de Comunicaciones del FMI)[18]
Estas
declaraciones evidencian el cuestionamiento del FMI ya que se advierte que el
ajuste no distingue sectores y ello puede comprometer la paz social, amenazar
el apoyo popular con el que el gobierno llegó al poder. A ello se añaden la
dificultad del gobierno para establecer alianzas políticas que sostengan el
ajuste. Si bien el FMI ha elogiado las medidas económicas implementadas, pero
observa de cerca “la viabilidad política del plan y su impacto social”[19].
Volviendo a
Sordini (2022) nos preguntamos cuánto de la política alimentaria del mercado
libre podrá soportar la sociedad argentina. En este contexto, ¿qué
posibilidades de acción, qué reflexiones y qué desplazamientos sociales
provocará la expropiación de las energías desde la política alimentaria del
libre mercado?
Referencias
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Ediciones Periferia.
Sordini, M. V.
(2022). La política del hambre: una emergencia permanente en Argentina. Revista
de Sociología y Política. DOI 10.1590/1678-98732230e004
Sordini, M.V.
(2020) Alimentación, emociones y sociedad: tres generaciones receptoras de
programas alimentarios en el partido de General Pueyrredón entre 1983 y 2018.
Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales. Buenos Aires: Universidad de Buenos
Aires-Editorial Teseo.
[1]
Los IPC miden la variación de precios de los bienes y servicios representativos
del gasto de consumo de hogares residentes en una zona seleccionada en
comparación con los precios vigentes en el año base. Desde julio de 2017, INDEC
mide el IPC con datos estadísticos del total nacional y seis regiones: Gran
Buenos Aires, Pampeana, Noreste, Noroeste, Cuyo y Patagonia. Disponible en:
[2] Es
el conjunto de alimentos y bebidas que satisfacen requerimientos nutricionales,
kilocalóricos y proteicos para una adecuada alimentación y desarrollo de la
vida. Para establecer la composición de la CBA se toman como referencia las
recomendaciones de la Organización de Naciones Unidades para la Alimentación y
la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La CBA es el
conjunto de alimentos y bebidas que satisfacen requerimientos nutricionales, kilocalóricos
y proteicos, cuya composición refleja los hábitos de consumo de una población
de referencia (INDEC, 2020, 5).
[3]
La CBT considera no solo la CBA, sino también los bienes y servicios no
alimentarios tales como vestimenta transporte, educación, salud, vivienda, etc.
(INDEC, 2020, 7).
[4]
El coeficiente de Gini es un sistema para medir la desigualdad de ingresos
entre los miembros de una población en una época determinada. Mide de una
escala de 0 a 1, donde 0 constituye la igualdad perfecta en la que todos tienen
los mismos ingresos y 1 equivale a la desigualdad máxima, en la que una sola
persona acumula todos los ingresos. ("¿Qué es el coeficiente de Gini y cómo calcularlo?". UNIR Revista, 04/08/2023)
[5]
Ver Principales indicadores de INDEC. Disponible en: https://www.indec.gob.ar
[6]
Disponible en:
https://wadmin.uca.edu.ar/public/ckeditor/Observatorio%20Deuda%20Social/Presentaciones/2023/Observatorio_Pobreza_ingreso_5_12.pdf
[7]
Se consideran indigentes a aquellos hogares cuyos ingresos no les permite
adquirir el valor de la CBA. Esta última incorpora productos requeridos para la
cobertura del umbral mínimo de necesidades alimenticias (ODSA, 2024).
[8]
Se consideran pobres aquellos hogares cuyos ingresos se encuentran por debajo
del umbral del ingreso necesario para adquirir en el mercado el valor de una
canasta de bienes y servicios (canasta básica total o CBT) (ODSA, 2024).
[9]
Curso de posgrado Antropología Alimentaria: Problemática Alimentaria (FLACSO,
2022). Al explicar la Dra. Aguirre dio cuenta de que la sustentabilidad está
comprometida en la medida en que se siga expandiendo el monocultivo y
degradando los suelos, contaminando con agroquímicos y destruyendo la
biodiversidad existente en los bosques. Maristella Svampa y Horacio Machado
Aráoz investigan sobre estos temas en la actualidad.
[10]
En 1996, la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) adoptó la siguiente
definición de seguridad alimentaria: “Existe (…) cuando todas las personas
tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos
inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus
preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”
[11] "Milei inicia el desguace del Estado argentino imponiendo 300 reformas en un solo decreto". El Pais, 21/12/2023.
[12] "Ley de Góndolas. Dar el salto a la práctica". Fundación Metropolitana, abril 2020.
[13] CORREA, Martin. "Libertades para los ingenios azucareros, nada para los trabajadores". Prensa Obrera, 22/12/2023.
[14] El Programa Alimentar constituye en una sistema de
transferencia monetaria no condicionada cuyos beneficiarios son aquellas
personas que cobren la Asignación Universal por Hijo/a con hijos/as de hasta 14
años inclusive, embarazadas a partir de los 3 meses que cobren la Asignación
por Embarazo para Protección Social, personas con hijos con discapacidad que
cobren la Asignación Universal por Hija/o, sin límite de edad y madres de 7 o
más hijas/os que perciben Pensiones No Contributivas (Anses.gob.ar).
[15] Este aumento tiene por objeto “recomponer el poder de compra (…) en el
marco del proceso inflacionario que se encuentra atravesando nuestro país,
considerando el incremento de la CBA durante los últimos meses” (Resolución Nº
11/2024 del Ministerio de Capital Humano). Una familia con un hijo de 0 a 14
años que perciba la asignación universal por hijo (AUH) pasará a cobrar de
$22.000 a $ 44.000, familias con dos hijos pasarán de $ 34.500 a $ 69.000,
mientras que familias con tres o más hijos de $ 45.500 a $91.000 ("Tarjeta Alimentar: el Gobierno duplicó los montos para beneficiarios". Ámbito
Financiero, 25/01/2024).
[16] "La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre, firmaron esta mañana un convenio de asistencia alimentaria con la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (ACIERA)" y "El ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, firmó hoy un acuerdo con la Fundación Cooperadora Nutrición Infantil". Argentina.gob.ar, 05/02/2024.
[17] FAUR, Eleonor. "Las ollas están vacías". Revista Anfibia, 29/02/2024.
[18] FONDO MONETARIO INTERNAICONAL. "Declaración de la Primera Subdirectora Gerente sobre Argentina". Comunicado de prensa N° 24/55, 22/02/2024.
[19] "Javier Milei recibió a Gita Gopinath, la número dos del FMI". La Nación, 22/02/2024.